Un mezcal poblano que te sorprenderá.
- arturopega
- 9 oct 2021
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Actualizado: 9 oct 2021
Amplía tus horizontes mezcaleros con esta recomendación, ideal para quienes inician en el arte de beber destilados.
Por: Amilcar Olivares
Si algo ha traído el “boom” del mezcal, es que en cada vez más zonas del país se está produciendo esta bebida de dioses y, como consecuencia, hay una mayor diversidad, diferentes tipos de agaves, técnicas para destilarlo y estilos para producirlo, lo que favorece que se siga enriqueciendo el que muchos consideramos, “el destilado más complejo y rico del mundo”.
Si bien, hasta el momento la Denominación de Origen Mezcal, sólo abarca nueve estados: Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Tamaulipas, Puebla y Guanajuato; hay otras zonas como el Estado de México y Morelos en dónde también se está produciendo, aunque no puede considerarse como tal y se le tiene que denominar “Destilado de Agave”.
Una región que si está considerada dentro del DOM es Puebla y está produciendo unos mezcales extraordinarios, por el tipo de tierra y de agave especial que se da esta región: aquí predominan el Agave Espadín, el Tóbala, el Papalometl y la especie endémica Pichometl.
Esta recomendación te van a sorprender:
Mezcal Matarile: Espadín, 43% Alc.
“Porque el mezcal sólo se toma así… dándole matarile”. Se lee en la esbelta botella de Mezcal Matarile y yo iría más allá, el mezcal y la vida se toman así, dándoles matarile.
Este proyecto de mezcal es maravilloso, pues se produce en una región de Puebla que por su aridez y terruño da unos agaves únicos. Hablamos de San Nicolás Huajapan y quienes lo elaboran de manera artesanal son el Maestro Mezcalero Agustin Alva Vázquez y su familia.
Lo que llama la atención de este mezcal es su cocción y fermentado. Mientras la mayoría de mezcales cuecen las piñas del agave, en hornos de piedra y fermentan en tinas de madera, los maestros mezcaleros de Matarile utilizan hornos de mampostería y fermentan en piletas del mismo material. Además, le agregan un proceso un último de maduración en vidrio.
Todo esto logra que este mezcal presente notas dulces (con ciertos aromas de anís) y herbales, que provocan una larga permanencia en boca.
Matarile es un mezcal que te sorprenderá, porque su sabor no se parece en nada a los toques ahumados que estamos acostumbrados con los mezcales oaxaqueños. Al contrario, lo permea una frescura y unas herbacidad que difícilmente se encuentran en otro destilado de este tipo.
Así que a ampliar nuestros horizontes mezcaleros y a probar estas dos joyas que nos ofrece el terruño poblano.
Fuente: Gourmet de México
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